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jueves, 16 de junio de 2011

COMO ME MARAVILLARÍA YO...

Cada vez que cierro un libro, me maravillo de la de cosas que he aprendido. La mayor parte de veces, todo eso no es que me sirva de mucho pero, por supuesto, todo lo que aporte material para rellenar esa zona del cerebro marcada como “culturilla general” es bienvenido. No sabes cuándo puede serte de utilidad.

Un día estas en la inauguración de una exposición de arte y te viene un señor y te habla de arte contemporáneo. Tú has ido a comer canapés y no tienes ni idea de lo que te está explicando. Pero, entre sonrisas, asentimientos de cabeza y miradas de interés, siempre surge algún concepto en su monólogo del que sí puedes hablar. Porque leíste algo sobre el tema y se te quedó almacenado en la meninge de la culturilla (general). Si eres suficientemente hábil, es probable que puedas meter baza, convertir aquello en conversación, y desarrollar tus conocimientos. Si no piensan que a)estás loca, b)has bebido demasiado cava, c)te has colado o d)cualquier otra cosa, tienes todas las papeletas para brillar en sociedad. Y si no, consuélate con los canapés. Yo lo haría.

También puede serte útil si vas a concursar a la tele (en OT o Gran Hermano no hace falta). El otro día vi un concurso, presentado por Carlos Sobera (siempre repartiendo millones), en el que la culturilla general era muy pero que muy necesaria. Claro que si te daban a elegir entre varias obras de teatro y ya, de entrada, ninguna te sonaba… la cosa tenía poco arreglo (salvo tener mucha potra). La pregunta era “¿En que obra de teatro se basó –libremente- “El rey León”?” Tic, tac, tic, tac… se podía escoger entre “Hamlet”, “Romeo y Julieta”, “Fuenteovejuna”, “El rey Lear” y una más que no recuerdo. La pareja concursante no tenía ni la más mínima noción del argumento de ninguna de ellas, así que repartieron un poco de dinero aquí y allá, y el grueso de la apuesta (por parecidos razonables) lo metieron todo en “El rey Lear”. La única casilla que quedó sin apuesta (era un requisito del concurso) fue precisamente la correcta. Me puse muy nerviosa, porque yo sabía la respuesta. ¿Cómo? ¿Leyendo a Shakespeare? No. Que va. Lo había leído en un blog. Veis, leer blogs también puede alimentar el conocimiento.

¿Sabéis lo que es un “herrete”? Pues yo sí. Según la Real Academia de la Lengua Españoladícese del  cabo de alambre, hojalata u otro metal, que se pone a las agujetas, cordones, cintas, etc., para que puedan entrar fácilmente por los ojetes. También puede ser de plástico (según Wikipedia). El caso es que vamos con herretes a todas partes pero no lo sabemos. Es curioso que este conocimiento –inútil- lo conseguí a través de una serie del Disney Channel (ese canal amado y odiado a partes iguales): “Phineas y Ferb”. No sé si a mi edad queda bien decir que la serie me encanta, pero soy una fan incondicional de Candance y, especialmente, de Perry el ornitorrinco.

La culturilla general nos puede ayudar a ganar quesitos jugando al Trivial. Aunque el nivel, a veces, es un poco alto (o mi nivel un poco bajo). Yo siempre escojo –si se puede- “Miscelánea”, porque como me toque “Deportes” no tengo ninguna posibilidad. En la otra, tampoco, pero siempre cabe esperar que suene la flauta y te toque una pregunta que sí sepas. En el Trivial, con un poco de suerte, hasta te puedes lucir. O, en todo caso, como no se luce nadie, reírte un rato de lo poco que saben los demás. Y ellos de lo poco que sabes tú. ¿Quizá será mucho mejor jugar al Tragabolas?. Parece menos arriesgado. O no.

¿Para qué más nos puede servir la culturilla general? Pues mira, sin ir más lejos para escribir un artículo en tu blog y ser capaz de llegar al sexto párrafo. Ahí es nada.

Y para terminar... unos minutos musicales. 


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