Han estado por aqui

viernes, 5 de noviembre de 2010

FACEBOOK COMO HERRAMIENTA

La mayoría de gente que NO está en Facebook, por regla general, piensa que a) es una pérdida de tiempo, b) es una moda pasajera que cualquier día se terminará, c) es una pijada tonta para gente tonta, d) eso de que la gente vea tus datos no mola…. Y supongo que muchas cosas más.
Evidentemente hay gente que acepta amistades como quien colecciona canicas. Acepta a cualquiera, le conozca o no, para que su lista de amistades crezca, como si se tratara de “a ver quien tiene más amigos”. Que no es lo mismo tener 50 que 200 amigos. Comprendo que los perfiles “públicos” (y me refiero a cantantes, actores, etc.) tengan una cantidad ingente de amistades, que más que amistades son admiradores. Pero las personas, como yo que somos de a pie, no necesitan tener una lista interminable de amistades, que no llegan ni al rango de conocidos. Mejor tener una de corta pero con gente que sí te aporte algo. Yo me limito a tener listados a gente que verdaderamente conozco, ya sea en persona o a través de foros o grupos en los que he participado activamente. Y sistemáticamente ignoro a cualquier persona que no conozca o que venga porque “yo soy amiga de un amigo suyo”. Que me da lo mismo eso de que “los amigos de mi amigos son mis amigos”. Pocas veces he aceptado una amistad de esas de terceros y ha sido con una causa justificada.
Por otra parte, aunque hay gente que no lo sabe, existen filtros para que los demás vean o no lo que tú quieres compartir. Puedes elegir si los contenidos de tu perfil son vistos por todos, por tus amigos, por los amigos de tus amigos, o por nadie. Incluso puedes hacer que lo vean todos tus amigos menos aquellas personas que tú elijas excluir. Puedes filtrar tu perfil de modo que cualquiera pueda encontrarte en las búsquedas o no. Puedes estar en Facebook y, por mucho que la gente ponga tu nombre en el buscador, nunca salgas en ningún listado.  Puedes bloquear a usuarios non-gratos, para que no puedan ni verte ni enviarte solicitudes de amistad. Hay una infinidad de filtros que permiten que tu perfil sea más o menos privado de cara a los demás usuarios de Facebook.
Evidentemente, tus datos personales, y todo aquello que vas incluyendo en tu perfil, va a alguna base de datos. Pero si te pones a pensar, la mayoría de nosotros está fichado en todas partes. Desde el momento que te haces el DNI hasta solicitar el carné dels Supers para tus hijos, o cuando rellenas tus datos para que te den la tarjeta cliente del supermercado de turno. Las empresas comparten tus datos con otras, filiales o asociadas, que inundan tu buzón (real o virtual) con propaganda. Estamos, por regla general, censados en alguna parte.
El problema de Facebook es que compartimos pensamientos e ideas personales. Y algunas cosas, sinceramente, no son para compartir con cualquiera. Ciertas fotos no deberían poder ser vistas por todo el mundo y aquí deberíamos acotar al máximo el filtro de quién puede y quien no acceder a ellas. No es muy aconsejable comentar cuándo nos vamos de vacaciones ni cuánto tiempo estaremos fuera de casa. Por descontado, no me parece nada sensato compartir la dirección del domicilio, del trabajo, teléfonos, etc. Ya hay bastante con facilitar una cuenta Gmail o similar, como forma de contacto externo. Porque Facebook no sólo lo hacen servir la gente como nosotros, por diversión y poco más. También hay quienes pueden conseguir mucha información beneficiosa de los demás con intenciones poco claras. Por no decir turbias del todo. Digamos que en Facebook todo cabe y no todo es de color de rosa.
El último caso con el que he tropezado, desgraciadamente, es el de un pederasta que, impunemente y sin ningún tipo de pudor, comparte en su muro, a la vista de cualquiera que entre, fotos de niños pequeños desnudos y alguna que otra cosa peor. Ya circulan por ahí mensajes conminando a la gente a denunciarle. Muchos usuarios de esta red social somos gente adulta que tenemos hijos y, desde luego, no podemos permitir de ninguna manera que gente como ese hombre pueda congratularse de semejante conducta y salga impune. Aquí tenemos un caso claro de que Facebook también puede ser una herramienta social importante.
Facebook es una herramienta lúdica, con la que puedes jugar. También es una fuente interesante de información, ya que la gente cuelga enlaces de noticias para compartirlas con sus amigos. Puedes echarte unas risas con el último video del Youtube, criticar una película, comentar el último libro leído, dejar consejos culinarios, compartir la alegría de un partido de fútbol ganado, avisar de actividades culturales, … la lista de cosas a compartir es interminable y el límite lo pones tú.
Como en todo, una herramienta sólo es eficaz si se utiliza de forma correcta. Con un destornillador no se clavan clavos y con un martillo no se roscan tornillos. Bien empleada, y sin que sirva para suplir nuestra vida social exterior, puede ser realmente útil. Incluso puede que sea un complemento a nuestra vida social, porque podemos estar al día de eventos culturales, conciertos, fiestas, mercadillos, y demás actividades, gracias a las aportaciones de nuestros amigos.
Supongo que, después de leer esto, pensarás que soy pro-facebook totalmente. Pero ni soy pro ni soy contra. A mí, hasta la fecha, me ha sido útil, me ha proporcionado información de diversa índole y me sirve de enlace para estar en contacto con amigos que, de otra forma, probablemente no vería en siglos. Pero el hecho de que a mí me funcione, no quiere decir que lo recomiende a todo el mundo. Es una de esas cosas que, o te gusta o no, pero que nadie debe ser convencido para unirse. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario